Cada acción y toda justificación artística promueve una mutación de términos que se ajustan a un imaginario. Bajo los conceptos freudianos y lacanianos, el imaginario o dimensión no-lingüística de la psique, deja signos perceptuales que conforman un espacio psíquico compuesto de imágenes provenientes de todos los sentidos y movimientos del otro. Es en esta atmosfera donde Cindirella Ending construye el carácter ficcional de sus obras que sucumben ante una colorida realidad que contextualiza su narración.
Los hechos imaginarios presentan, en esta exposición, múltiples apreciaciones de las formas, sonidos y colores con los cuales se construye un relato. Sin embargo, el marco en el que se movilizan los sucesos multiplica paradojalmente la performance de sus personajes. Es así como vemos a éstos protagonistas mostrar sangre, sexualidad, codicia e inocencia, componentes que incrementan nuestros signos perceptuales.
Un par de personajes construyen un cuento perfecto, pero más de una docena, configuran una novela que se apodera de los espacios camuflando el quehacer del artista. Son fotos, acuarelas, videos y objetos que entregan vida a las personajes. Entonces quienes observamos estas obras admitimos, a cada instante, un suspicaz clímax, pero en ellas no conoceremos un final.
El verso centrípeto de Alejandra Alarcón y su Cindirella Ending converge ante la acción de un relato que parece cuento y novela al unísono.